viernes, 19 de noviembre de 2010

SET NET COMUNICACIONES : PASO PACÍFICO PROMUEVE EL SURF COMO UN DEPORTE QUE P...

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Blog: SET NET COMUNICACIONES
Entrada: PASO PACÍFICO PROMUEVE EL SURF COMO UN DEPORTE QUE PRESERVA LOS RECURSOS MARINOS



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Adelayde Rivas


ADELAYDE RIVAS SOTELO
Relaciones Públicas y Comunicación
505-8462-8301
http://adelayderivas.blogspot.com

martes, 9 de noviembre de 2010

Armando Quintero Martínez

Armando Quintero Martínez, nació 27 de Diciembre 1936 y murió 24 Marzo 2006 Trabajó en los Noticieros de La Voz del Trópico, Radio Atenas, Radio circuito y Darío. Director Fundador del Radio Periódico "Nicaragua Adentro", que ya tiene 52 años. Ex Corresponsal de La Prensa.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Alfonso Quiroz y Santiago

“Su nombre era Alfonso Quiroz y Santiago, vivía en la punta de la Loma de Chico Pelón, era costoso llegar a su casa por la subida. Él siempre estaba pulcro y embadurnado de "Talco Menen para hombres", por eso los bandidos del gremio le decían "Ratón de panadería", porque era negrito y siempre andaba en la bolsa del pantalón un paquetito de talco perfumado”.
René Marciano González

domingo, 7 de noviembre de 2010

Antonio Penske Torres

Antonio Penske Torres, quien murio hace poco.  Toño hizo periodismo deportivo y de Farandula. Creo que habia estudiado periodismo, ademas de ser una voz increible y actor dramatico de radio.

Reporteros Gráficos



El fotorreportero Florencio Vanegas otro colega que fallecio hace unos 13 años de dengue hemorragico, al magnifico fotografo Cruz Flores y al fotogrado de apellido Doña, que hicieron las fotos del asalto al Palacio Nacional. Oscar Navarrete me recordaba tambien al camaragrafo Marlon Ortega y Matias Cerna que murieron luego de ser derribado el helicoptero en 1987.

Deseandoles salud y exitos

Miguel ALVAREZ

 

José Molina

JOSE MOLINA, Periodista que falleció hace un tiempo.
Jose impartió clases en Ciencias de la Comunicación.
Un abrazo
Eglantina Alvarez Ruiz.

Rodolfo García

Rodolfo García, quien murio siendo redactor de la AP en Managua..
Edgard Barberena 
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Si, cómo olvidar al Racachaca 2, Rodolfo. de nuestro grupo de la UNAN. 
Maria Alicia Talavera

sábado, 6 de noviembre de 2010

Aura Maria Tercero Gómez

Aura María Tercero Gómez no murió en ejercicio de la profesión, pero sí la ejerció años atrás. Seguro quienes estudiaron con ella la recuerdan, como la alcaldesa Daysi Torres; la periodista Luz Marina González; Maritza Tellería; Brígida Guadamuz, etc.
Fue miembro de la UPN, hermana de las periodistas María Lourdes Tercero y Dominga Elizabeth Tercero. 
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No tenia conocimiento que Aura María habia  fallecido , yo estudie
con ella y la recuerdo como una persona callada y que siempre se reia de mis chiles , cuando nos encontrabamos en las gradas de de la facultad de Humanidades . Que Dios la tenga en su santo reino .

Con mucho cariño desde la Florida .
                                              Martha Picado

Normita Balladares

Conocí a Normita Balladares en la universidad en 1980. Era una enfermera titulada, madre de dos niñas, que se esforzaba como no tienen idea para sacar la carrera de periodismo. Muchos de nosotros trabajábamos y estudiábamos de noche. Pero en el caso de Norma había una excepcionalidad. Luego de clases que normalmente finalizaban entre las 9 y media y 10 de la noche, Norma se trasladaba con su impecable uniforme blanco, a veces usaba uno celeste, al hospital que si mal no recuerdo era el Bertha Calderón.
 
Era una compañera muy seria en sus cosas, responsable con mucho carácter, pero también jovial, con una dulzura muy propia que brotaba de sus labios. Era una mujer bonita. Nunca le escuché una grosería. Concluyó exitosamente su carrera universitaria.
 
Luego nos encontramos en el fragor de la radio. Norma Balladares, Carlos Salgado, Esteban Solís y este servidor, compañeros de estudios en la universidad, llegamos a trabajar a la Corporación de Radiodifusión del Pueblo, CORADEP, unos antes que otros. Norma y yo llegamos de último.
 
Como Normita era enfermera y se había desempeñado en el ámbito de la salud durante muchos años, se le había asignado las fuentes vinculadas con el sector salud, y lo hizo muy bien, hasta que ocurrió el trágico accidente en el que perdió la vida en pleno ejercicio de la labor periodística.
 
No recuerdo si fue el año 86 ó 87, pero fue muy triste.
 
Estoy seguro que Carlos Salgado, Esteban Solís o Cristobal Berríos, podrían aportar sus recuerdos de Norma para ampliar esta semblanza que, aún con el pesar de su muerte, les he referido en estas líneas.
 
Con aprecio
Mamelli
Ay, estos héroes periodistas

Félix Navarrete
END - 21:12 - 03/03/2008

Uno nunca sabe si vuelve. No existe el mañana en nuestra agenda. Son gajes del oficio. Hay que ignorar el destino y lo demás.

El martes pasado un grupo de periodistas abordamos un helicóptero militar para visitar la Costa Caribe Norte, el paraíso perdido. Había buen tiempo, pero a mitad de camino el helicóptero ya nos llevaba aturdidos por el ruido de su antiquísima maquinaria y mareados por el zangoloteo que provoca el viento. Ni siquiera pudimos acomodarnos bien en las bancas duras y relajarnos porque cuando lo quisimos hacer nos dimos cuenta de que frente a nosotros había un gigantesco tanque de gasolina que podía explotar en cualquier momento.

Pero el amor al trabajo hace que perdamos el miedo. ¿Cúantos de nosotros abordamos todos los días estas naves militares, sin ningún seguro que nos proteja. Porque, al igual que los policías o los militares, una familia nos espera en casa. Sin embargo, los periodistas no tenemos seguro de vida. Eso sí: tenemos seguro de muerte. Pero aún así nuestros camarógrafos, jóvenes e imprudentes, se disputan la puerta abierta del helicóptero para captar la mejor toma desde quince mil pies de altura: las verdes montañas, los ríos contaminados, la tierra árida devolviendo la sombra del helicóptero y las nubes pasando frente a nuestros ojos. Ninguno de ellos piensa en la muerte.

Ya en el aire, todos somos inmortales. Piensan en el paisaje inédito que captará la cámara y que el editor desechará porque el tiempo es oro en televisión. Pero no importa. Ellos se deleitan haciendo el trabajo, y se sientan a pocos centímetros del abismo, como ingenuos acróbatas, desafiando la vida y la muerte. La adrenalina se les sale por los poros. No tienen nada que perder. Para ellos la toma perfecta es lo que cuenta.

Ésta es apenas una cara del oficio periodístico. El rostro genuino y agradable de este trabajo. El de los camarógrafos y periodistas que viajan a zonas inhóspitas del país en busca de la noticia por varios días, con pocos viáticos, pero con pasión. Ellos no saben si volverán. Ni creo que piensen en eso. Son demasiado jóvenes para pensar en la muerte.

Les gusta lo que hacen y están dispuestos a pasar todos los riesgos posibles con tal de llevar la mejor toma, el mejor ángulo, la imagen inédita que sus compañeros no captaron. Aunque sus empresas al final no valoren ese esfuerzo y su pasión, con el tiempo, se vaya apagando de sus corazones.

Ahora veamos la otra cara del oficio periodístico: la del periodista incomprendido. El que pierde amistades y hasta el empleo por denunciar a políticos corruptos, y luego es abandonado a su suerte. El que sólo sirve de caja de resonancia de algunos intereses empresariales y políticos, y deshonra a la profesión. El que cree que puede transformar el mundo, y termina siendo transformado por las circunstancias.

¿Cuántas veces creí ingenuamente que una nota periodística o un reportaje investigativo podía cambiar la vida de una comunidad, o salvar la vida de unas personas, o cambiar, incluso, el sistema político de mi país? Qué iluso fui. Qué ingrata es la realidad. Pensar que por denunciar irregularidades sería premiado por la sociedad, o al menos que los culpables serían castigados por el régimen y sus leyes?

Pero, bueno, al menos éste es el periodismo que volvería a practicar si volviera a nacer.Por eso digo que ser periodista es nacer loco. Ni los doctores, ni los ingenieros, ni los administradores de empresas tienen los problemas que nosotros enfrentamos. Y no me refiero a los salarios, que son escuálidos. Ni tampoco a nuestras noticias, que son intangibles y peligrosas, porque hablan del comportamiento de los seres humanos.

Me refiero a que mientras todas estas profesiones amasan sus buenas fortunas vendiendo al mejor postor sus conocimientos, los periodistas nos peleamos con el mundo, con nuestros amigos, hasta con nuestra familia; nos creemos dueños de la verdad, apóstoles de la justicia. Algunos, los más locos, adoptamos aires de mesianismo y vivimos la utopía de la libertad y la igualdad social. Eso somos los periodistas: profetas incomprendidos, pensadores con hambre en nuestros estómagos, pero llenos de esperanza y dignidad.


Hombres que arriesgaron su futuro por ayudar a construir el presente. O al revés: Hombres y mujeres que arriesgaron el presente para ayudar a construir el futuro.Todo esto pensé mientras venía volando hacia Managua, y los colegas ya no se disputaban la puerta del helicóptero y las cámaras estaban apagadas y todos dormían cansados por el viaje y por el ruido, y por las incomodidades y el riesgo.

Pero a pesar de estar dormidos, bajo el ruido infernal del helicóptero y frente a la bomba letal de gasolina, estoy seguro de que volverían a viajar, a disputarse la puerta o la ventanilla, a soñar con la toma perfecta, con la primicia periodística. A morir si es necesario con una estrella anónima en sus manos.